La expresión de Marc Prensky “nativo digital”, referido a “los indígenas de las nuevas tecnologías”, se le opone en esta oportunidad la de “inmigrantes digitales”. Entre los primeros, sin dudas, encontramos a los niños y jóvenes nacidos en este medio y, entre los segundos los padres, maestros y todos los que de alguna manera se acercan a la tecnología como a una segunda lengua y para quienes su aprendizaje tiene cierto grado de dificultad.
Aplicar, durante dos décadas, estos conceptos primarios de Prensky trajo consecuencias: algunas de carácter negativo, ya que muchos docentes lo tomaron como excusa frente a su responsabilidad, muchas veces evadidas, de acercarse a la tecnología y, otras positivas, como la de requerir de una metodología que, aprovechando la digitalidad, promoviera aprendizajes basados en la disponibilidad de información y de recursos informáticos para su procesamiento, estudio y análisis.
Pero, ¿cuál es la carga digital que esto representa?
En una reciente entrevista Prensky propone una educación basada en la resolución de problemas, estrategia que según su parecer debería comenzar desde los primeros grados. Las habilidades posibles de ser desarrolladas son variadas y de un amplio rango, tales como: la comprensión, pensamiento crítico, la toma de decisiones, el juicio, el análisis, la auto-dirección, la auto-evaluación, la adaptabilidad, el pensamiento creativo, el diseño, la mejora continua, la reflexión, el ser proactivo, el tomar riesgos con prudencia, el pensamiento de largo plazo y el aprendizaje. A lo que aún puede agregarse las habilidades de liderazgo así como los rasgos de carácter: la persistencia, la moralidad, la honestidad y la sinceridad.
La experta española, Araiz Zalduegui, comentó que la idea de que los adolescentes saben todo sobre la nueva tecnología es errónea. Casos como la defensa de la privacidad, propia y de los otros, entender que las redes sociales son como en la vida real donde los datos personales no pueden ser compartidos con cualquiera. Estas y otras cuestiones deben ser enseñadas.
Tanto en el caso de Presnky como en el de Zalduegui, el aspecto humanista de los valores éticos y las virtudes morales se mantienen en un lugar de privilegio. Y, como en todo avance tecnológico, el problema no está en los aparatos sino en la calidad y propósito de su uso.
Como se ve la tradicional asimetría que reúne en el docente el conocimiento a transponer hacia el alumno, sigue con aquella vigencia que nunca debió haber perdido.
Síntesis del artículo editorial de Hugo M Castellanos. Jefe de Redacción de “Síntesis Educativa”
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