La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos, pero temperamentos cortos, autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos.
Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas, más compromisos pero menos tiempo. Tenemos más títulos pero menos sentido común, más conocimiento pero menos criterio. Más expertos pero más problemas, más medicina y menos salud. Hemos multiplicado nuestras posesiones pero hemos reducido nuestros valores. Hablamos mucho, amamos poco, odiamos demasiado.
Aprendimos a armar una vida, pero no a vivirla plenamente. Hemos llegado a la luna y regresado pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior, limpiamos el aire pero polucionamos nuestras almas. Tenemos mayores ingresos, pero menos moral, hemos aumentado la cantidad, pero no la calidad. Estos son tiempos de personas más altas con caracteres más débiles, con más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición. Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios, son tiempos de casas más lindas pero hogares rotos. Un tiempo con demasiado en la vidriera y poco de puertas adentro. Y es un tiempo en que la tecnología puede hacerte llegar este mensaje y al mismo tiempo tu puedes decidir marcar la diferencia o apretar "eliminar". No guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial, por eso... lee más y limpia menos. Siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y amigos y menos tiempo trabajando, la vida es una sucesión de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.
No guardes tu mejor perfume para una "ocasión especial", úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "algún día", "uno de estos días", bórralas de tu vocabulario.
Si supiéramos el tiempo de vida que nos queda, seguramente desearíamos estar con nuestros seres queridos, iríamos a comer nuestra comida preferida, visitaríamos los sitios que amamos...
Son pequeñas cosas las que nos harían enojar si supiéramos que nuestras horas están limitadas...
Enojados porque dejamos de ver a nuestros mejores amigos, enojados porque no escribimos aquellas cartas que pensábamos escribir "uno de estos días". Enojados y tristes porque no dijimos a nuestros padres, hermanos, hijos, sobrinos, amigos, cuánto los queremos.
Por eso... no intenten retardar o detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a tu vida; cada día, hora, minuto, cada semana es especial...
Piensa que "uno de estos días" puede estar muy lejano o no llegar nunca.
Texto de autor anónimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario