EL ENCUENTRO
La vio venir chapoteando por la calle entre los charcos que una fría llovizna se empecinaba en dejar como huella; la vio juguetear con el mango de un paraguas que hacía la combinación perfecta con el tapado que llevaba puesto, despreocupada, con aire de niña acostumbrada a ganar, aquella mujer joven aún, detuvo sus pasos frente a él y lo miró desafiante, con picardía, directamente a los ojos como solía hacerlo hace… ¡tantos años!
<...>
Desde el umbral en penumbras él disfrutó aquella imagen desde el momento mismo que dio vuelta la esquina, la disfrutó como se disfrutan aquellas cosas que se desean durante tanto tiempo y que de tanto llevarlas acuestas se incorporan como parte de uno mismo. ¿Cuántos años había soñado ese momento? <...> ahora estaba allí, al alcance de su mano, un paso, menos, tal vez, y la abrazaría como tantas veces rumió en su soledad <...>
Queridos bloggernautas, les invito a pensar un final para esta historia, que sucedió amparada por el cómplice secreto de una lluviosa noche... Será muy interesante, puede que resulte hasta divertido comparar los diferentes desenlaces y disfrutar juntos las narraciones disímiles que de seguro surgirán convocadas por un mismo cimiento y alimentadas por el toque personal de vuestra comprensión, imaginación y creatividad....
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