domingo, 29 de marzo de 2009

¡Qué ganas de otoño!




Verano largo,agudo calor, ventanas abiertas, pájaros sueltos por doquier. Y el deseo de salir, de meter los pies en la vera del río, de mojarme con alguna lluvia mansa, de mirar como el atardecer se muere tan lento en la orilla del Uruguay.
¡Qué ganas de otoño!
De reconsiderar las hojas que poblaran con su alfombra esquelética las veredas que mis vecinas barren como enloquecidas. De ver esos colores tiñendo el todo que vagan en ocres y marrones impintados. Volver a ver cómo se alejan los pájaros, los nidos vacíos, la llovizna pegajosa, la noche un poco más larga, las estrellas titilando desde mucho más temprano.
Cerrar las ventanas, guardarse a mirarse, aroma a café, charla susurrante en el crepúsculo, el sol menos fuerte, la mañana con pereza. Y las ganas...eso, las ganas, las locas ganas de vivirlo otra vez, y saber que debo ver este nuevo otoño, debo entender que el invierno viejo, gastado con pasos arrachados pisará mi casa para reverdecer luego.
La vida, eso...tengo ganas de otoño para saber que sigue la vida.

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Puerta

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Enrique Medina