Mañana, en unas horas, se celebra el Día Mundial de la Tierra. Me pongo a pensar si todo el mundo es la Tierra o cuando lo declaramos así, pensamos que el mundo es más ancho y largo en la comprensión de nuestros sentidos. O sea, el Universo festejaría el Día de nuestro planeta.
Ahora bien: digamos que mañana vamos a festejar que este planeta tiene su día como la madre, y es, sin dudas, nuestra madre tierra. No quiero polemizar acá sobre la ecología, que más parece una necesidad básica que una tendencia de moda...Ni quiero pensar en las manifestaciones que millones de seres humanos se mueven agitando banderas que luego, sabemos que son más bien políticas y no justamente son banderas de agite ecológico real. Deberíamos de empezar a sospechar de que las causas que llevan en su fondo millones de ganancias: nunca serán causas totalmente nobles.
Pero bueno, ahí vamos, mundo terrícola, el planeta tiene su día: en Oaxaca, México, adhieren apagando las luces durante un minuto.
¿ Ustedes qué se animan a regalarle a la Madre Tierra mañana?
Tómense un respiro: miren por la ventana, pongan un buen tema musical, coman una fruta, salgan a caminar, miren un paisaje, perdónense un minuto de holgazanería y miren, contemplen, observen a su alrededor y agradezcan a la Madre Natura por lo que nos ha dado hasta hoy.
Mañana es el día de nuestro planeta: hagan algo por ella, nuestra verdadera mamá protectora, como lo hacían los antiguos, y permítanse respirar el aire que aún hoy, azul y oxigenado, nos cubre.
Feliz día planeta azul.
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