Me siento frente a la maquinita y pienso en Mario Levrero y aquel libro que me impactó tanto, su Discurso Vacío, a lo que hago hoy mi mejor halago. No es fácil ser bloguera aunque una se incline por la escritura como parte de su oficio cotidiano. Claro que es un oficio casero, no es rentable y además, no es profesional. En mi caso me bato a duelo a diario por tener un espacio donde dejar que me fluyan las palabras, los dedos suelen ser más lentos que mi mente siempre, y la rutina cotidiana me gana, por lo general termino escribiendo sobre mi trabajo, bastante poco.
Hace tiempo no escribo un cuento. Hace más tiempo que no escribo un poema. Entonces como todos dicen que este oficio de escritor es más sudor y lágrimas que inspiración, me pregunto ahora mismo: ¿ Qué se les habrá ocurrido a los directivos actuales de la enseñanza que colocan como prioridad en las Escuelas elevar un blog?
Supongo que sería un blog estático: elevar una cantidad de trabajos y punto. La dinámica que pretendimos al abrir este blog sin embargo fue dinamismo, no dijimos cuántos artículos mensuales, pero intentamos tener un mínimo. Y es un esfuerzo considerable: no siempre la idea, el tiempo y la forma concurren a nuestro encuentro, más bien todo lo contrario, hay que buscarlos con tezón.
Por eso va mi agradecimiento a mis compañeras de ruta que fueron Alda y ahora,Alfa.
Como somos mujeres trabajadoras: no me quiero ir sin desear feliz día.
Qué cosa esto del día del trabajador: cuánto ha pasado desde su nombramiento y qué poco se ha hecho en realidad.
Es mi humilde opinión. Pero igual: va mi felicitación para todos y todas los que contruyen la vida con su trabajo. Sobre todos para los que hacen un trabajo que se paga poco, o no se paga. Como las mujeres que aún son amas de casa y no reciben jubilaciòn. Y tantos y tantas otras.
¡Feliz día trabajadores y trabajadoras!
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