Voy por el camino que me va trazando Malu-la compañera que me invitó a participar en esta “ruta bloguera”-.
Tomo-guiada por ella- un recodo de la inconmensurable ruta de la poesía.
El inefable Julio Cortázar-uno de mis más admirados y queridos escritores- también escribió sus “poemas y meopas”.
Hubo gente que le reprochó su residencia en Francia, supuestamente alejado de los problemas argentinos, porque vivió desde 1951 en París. En realidad, los que hacen esos reproches, no supieron ver el dolor de este desterrado que nunca olvidó su patria y que sufrió desde lejos por ella.
Les acerco uno de los poemas donde se manifiesta ese padecimiento, en la voz de otro de los grandes: Don Atahualpa Yupanqui. Don Ata, lo musicalizó con una melodía del campo catalán: “El testamento de Amelia”.
Como la poesía es pura expresión, no agrego nada más. “El árbol, el río, el hombre”, lo dice todo.
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