Mañana, 17 de mayo, se cumple un año del fallecimiento de Mario Benedetti.
Recuerdo con qué estupor leí-a los pocos días de su muerte- un comentario en un diario capitalino de Montevideo, que llevaba el título de UN INTELECTUAL CONTROVERTIDO.
Las palabras de presentación destilaban una corrosiva envidia aunque trataban-melosamente- de suavizarse al final: "En lo personal, Benedetti no me gusta como escritor ni como persona, pero esta opinión se vuelve insignificante ante la dimensión de quien fue un uruguayo universal, que, como tal, merece respeto y gratitud".
Pese a estos comentarios negativos-este que transcribí no es el único, por supuesto- la imponencia de este "uruguayo universal que merece respeto y gratitud", Benedetti sobrevive en su obra- mal que le pese a este comentarista y a otros más- y nadie puede negar la adhesión que ha tenido y sigue teniendo a través del tiempo, este integrante brillante de la Generación del 45.
Por suerte somos muchos los que adherimos a la opinión positiva con respecto a la vigencia de este intelectual que supo recorrer todos los géneros con éxito, desde el ensayo a la poesía, siempre con extraordinaria lucidez expresiva. Por supuesto que no fue aplaudido por todos, ni hubo acuerdos totales sobre sus ideas políticas o sociales, sin embargo, lo que se debe rescatar siempre de un escritor es su obra, porque es la destinada a permanecer a través de los avatares de la existencia.
Yo lo recuerdo de manera entrañable con mucho respecto y gratitud.
Respeto por sus novelas, que leí desde la adolescencia y que nunca se me cayeron de las manos, por su poesía, por sus lúcidos ensayos y gratitud-enorme gratitud- por toda su obra.
Aquí les regalo esta hermosa cadena de lectores de Alfaguara con la voz de Mario Benedetti. Para escuchar y disfrutar a pleno.
¡Millones de gracias, don Mario, por todo lo que nos deparó!
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