Este blog agrupa a personas que han descubierto que la comunicación no es necesariamente oral y/escrita, y han decidido utilizar este espacio para dar rienda suelta a su imaginación
viernes, 18 de junio de 2010
Abuelos eran los de antes...
Es verdad que la imagen del abuelo/ a sigue siendo la de antes.
Es verdad que coincide en nuestro país el natalicio de Artigas con la fiesta del día de los abuelos. ¿ Pura paradoja o se lo considera el abuelo del pueblo oriental?
Si así fuera estaríamos diciendo que los abuelos son esos héroes que nos salvan, son los más sabios, y los que han podido adelanterse al tiempo en el tiempo mismo.
No creo que sea el caso.
En nuestro país, hoy por hoy, estás viejo a los 50. No se encuentra trabajo después de los 45 y es poco el respeto a las opiniones de los adultos mayores que se tiene.
Abundan los geriátricos, así como los padres no pueden con los hijos, lo comentábamos en publicaciones anteriores, menos pueden con sus propios padres. La única posibilidad de seguir habitando la propia casa es una jubilaciòn sustentosa que permita el pago de servidumbre y personal especializado. Otras de las condiciones es llegar la vejez con la sabidurìa de " no molestar ni meterse en la vida de los hijos".
La figura de los abuelos para los niños de hoy son generalmente personas aùn activas o en el otro extremo, olvidadas. Si son activas tienen poco tiempo para la relación abuelos- nietos y si están olvidadas, ahí permenecen.
Tuve una abuela de otra época: pero era hiperocupada, pero era más que informada y tenía una relaciòn increíble con nosotros, sus más de veinte nietos. Tuve una abuela analfabeta que era imposible engañar con un cambio, que sabía cuentos maravillosos y los contaba, que podía jugar al truco a la par de cualquier hombre, que hacía el mejor vino de su región y podía hacer las factura de cerdo mejor que ningún marido, incluso, no la ayudaban más que sus hijas mujeres. Tuve una abuela majestuosamente increíble que no pude entender cuando la tuve, la miraba desde mi revelde adolescencia de los años 70 y me creía muy lejos de ella. Hoy sé que le debo mi tezón, mi reveldía, mi laboriosidad y muchas cosas más.
Mi abuela levantó sola con sus hijas dos chacras completas de frutales, alimentò bocas, coció para afuera, bordó para otros, fue matriarca de una familia infernalmente enorme que siempre pedía su autorización en las cosas importantes. Jamás faltó a muerte o nacimiento. Jamás ocultò su pensamiento y dijo siempre lo que sintió. No se puso cartel de feminista porque no sabía que era eso, sólo hizo de hombre y mujer, punto.
Le debo a mi abuela Rosa un libro con sus cuentos: porque eran cuentos que le contaron, cuentos que se inventaba oralmente para entretenernos, cuentos que narraba mientras cocía, bordaba o hacía manteca casera. Le debo un libro mientras mi memoria aún conserva fresco su perfume a mujer limpia pero de campo.
En fin que quería recordarla mientras nos preparamos para recordar el natalicio de ese señor visionario que muriò exilado, don José Artigas, porque es bueno el recuerdo, hace bien.
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1 comentario:
Hola Malu, vine a tu blog buscando algunas palabras sobre Saramago, para sentirlas compartidas y no están por aquí. Creo que las necesitamos.Un saludo afectuoso. Silvia.
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