domingo, 27 de junio de 2010

¿Cocinamos una cazuela para el viernes 2 de julio?


Malu, mi compañera bloguera me ha desafiado más de una vez para ver si soy capaz de poner una receta de cocina en este blog. Probablemente cree que estoy reñida con ollas y cacerolas, pero no es así. Cocino desde muy tierna edad, porque me crié entre mujeres que –si bien se trataban de emancipar económicamente- venían de familias italianas donde la cocina era un imperativo para todas.
Así que desde niña, me daban pedacitos de masa que moldeaba como podía y por supuesto, después comía mis supuestos “fideos”.

Por lo tanto, querida Malu, acepto el desafío y voy a dar una receta típica para combatir estos fríos invernales y –si se cuadra, mirar a la celeste en la TV mientras se disfruta-.
La cazuela no tiene mayores inconvenientes, simplemente se trata conseguir buenos ingredientes y hacerlos en una olla de barro, o también en una ESSEN argentina de esas pesadas con proceso antiadherente. El mejor fuego para este tipo de platos es el que se llama tradicionalmente “corona”-apenas la llama encendida- o sea fuego bajo.

Ingredientes:
Un chorizo cantinpalo
Un paquete de lentejones de 450 gramos
3 dientes de ajo
2 zanahorias
2 cebollas pequeñas
1 ají rojo
1 ají verde
Un caldito de sopa de verduras
1 lata de tomates perita o un envase de extracto de tomate
4 papas medianas
2 boniatos
Un manojo de “ciboulette” o de perejil para decorar al final
Condimentos a gusto. Sugerencias: adobo, pimentón picante, orégano, laurel, tomillo, romero.

Procedimiento:

Lo primero que tenemos que hacer es seleccionar previamente los lentejones y ponerlos en remojo la noche anterior. Hay que seleccionarlos porque no es inusual que aparezcan en el paquete pequeñas piedritas o lentejones muy negros que nos pueden afear la cazuela.
A la mañana siguiente, cortamos el cantinpalo en trozos- (es una especie de chorizo de tipo colorado; si no conseguimos puede usarse un chorizo español. Lo esencial es que tenga pimentón por el sabor y el color).
Pelamos los ajos.
Pelamos, rallamos/ cortamos todas las verduras en trozos pequeños. Yo suelo cortar la cebolla en rodajas finas, y rallo la zanahoria gruesa; eso es a gusto de cada uno. Ponemos un poco de aceite de oliva en la cacerola y lo calentamos, enseguida agregamos los dientes pelados de ajo y los retiramos apenas tomen color. Después va la cebolla cortada y la dejamos un momento al fuego. Es esencial que no se queme, es decir que no se pase porque le da gusto amargo a la comida. Después se agregan los otros ingredientes. Los damos vuelta un poco para que se impregnen con los gustitos. Agregamos los lentejones y de a poco, el caldo de verduras y la lata de tomates perita previamente licuados. Lo último que se agrega son las papas y los boniatos cortados en dados. Se deja cocer lentamente con la cacerola tapada. A la media hora, más o menos, se remueve un poco. Otro poquito más. La cazuela estará pronta cuando se pinchen las papas y los boniatos y el tenedor se hunda. Seguidamente se apaga y se deja reposar cinco minutos. Al final, se decora con ciboulette o perejil picado. Les tiene que quedar más o menos como la mía. Se sirve generosamente en cazuelitas de barro o en platos hondos. Se puede acompañar con pancito tostado. Y, como decía mi abuela: ¡ mangia que ti fa bene!

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Enrique Medina