Malu concluyó su intervención con la pregunta: ¿jugamos? Yo comienzo con esta otra:
¿A qué jugamos?
En un mundo que se ha transformado tanto en pocos años, esta pregunta ya no tiene la vigencia que tenía en mi infancia.
Las personitas pequeñas actualmente están demasiado “marcadas” por los adultos con sus horarios estrictos y sus agendas acotadas y repletas de obligaciones: clases de inglés, clases de baile, clases de gimnasia, clases de computación, clases de música, además de la escuela y sus infaltables deberes domiciliarios. Clases y más clases. No importa si hay o no condiciones para todo esto, lo importante es mantenerlos ocupados y que molesten lo menos posible a sus progenitores. Ahora que se acercan las vacaciones julianas, las ofertas para “entretener” a los más pequeños se multiplican. Ya no es únicamente Mc Donald’s y su pelotero. Ahora hay especialistas y lugares exclusivos para que se entretengan sin causar molestias a nadie. La cuestión es que hay que “enchufarlos” en algún lado con actividades.
En mi larga carrera docente he visto a muchos adultos preocupados por la llegada de las vacaciones. Más o menos con esta pregunta a flor de labios:
¿Qué hago durante quince días(o el tiempo que sea) con los chicos en casa?
Yo no recuerdo que mi madre se preocupara por tenerme ocupada cuando llegaban las vacaciones. La época no era de tanto estrés y demanda. Yo podía jugar por diversión. Las vacaciones las asocio con más tiempo libre para pasear, leer y jugar. Los juegos podían ser de distintas clases. Ese ¿a qué jugamos? tenía libertad de elección según la época y el lugar. El verano permitía más juegos al aire libre, el invierno se prestaba más para la lectura de cuentos en un hogar tibio y para ir al cine.
Una actividad de interior divertida y placentera podía ser jugar con las palabras.
En el nuevo mundo cibernético hay varias páginas dedicadas a esos juegos. Y es otra opción posible.
Sin embargo, también tenemos “canciones para jugar”, pues aún quedan en el acerbo popular muchas basadas en las reiteraciones de frases sin sentido, como las jitanjáforas y otras tradicionales que han sido cantadas por grandes intérpretes. En las próximas vacaciones les propongo aprender alguna con los más chicos y divertirse juntos por un rato, porque como decía Picasso: “Lleva tiempo llegar a ser joven”.
Elegí este vídeo por que es mejor la resolución, pero también hay uno que podrán ver con las dos intérpretes que elegí bailando y cantando “Burundanga”.
Al mocerío que quizás no las conozca les comento que Lola Flores fue y es una gran bailaora y cantaora española, y Celia Cruz fue y es la cubana universal, la reina de los ritmos caribeños. ¡Disfrútenlas y jueguen!
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